Durante varias épocas de la dilatada historia del Egipto faraónico, el país estuvo comandado por monarcas procedentes de países extranjeros; hyksos, persas, macedonios… y no siempre es posible saber el nivel de implicación que tuvieron los propios funcionarios o altos cargos locales en esos procesos.
Un caso excepcional es el de Udjahorresnet, que vivió durante los reinados de Amasis II (570 – 526 ane.) y Psammético III (526 – 525 ane.), últimos faraones de la XXVI dinastía, y de Cambises II (525 – 522 ane.) y Darío I (522 – 486 ane.), reyes de la primera dominación persa en Egipto, y que habría de desempeñar cargos como los de Jefe de los Médicos, Tesorero del rey del Bajo Egipto, Jefe de los escribas, comandante de la marina real y Sacerdote de la diosa Neith en Sais.
Como comandante de la flota egipcia, parece ser que este personaje se vendió, o fue cuidadosamente agasajado por el rey persa, Cambises II, a cambio de varias prerrogativas, la primera de ellas que el nuevo monarca cuidara de él y de su familia. Por su parte, el militar egipcio apoyaría con parte de su flota a la invasión extranjera.
Conocemos su historia gracias a su estatua naófora de basalto verde, que se conserva en el Museo del Vaticano, en la cual nos narra su biografía. Aunque no profundiza en dar detalles del conflicto persa-egipcio, sí presume de haber influido en la actitud de Cambises II al que, según sus propias palabras, intentó introducir en la cultura egipcia para que ocupase de forma efectiva la función de faraón, incluso le compuso para tal efecto, una titulatura real completa.
La coyuntura y conflictos internacionales motivaron que Cambises II tuviera que abandonar Egipto pasados tres años, muriendo en su viaje de regreso a Persia. Su lugar lo ocuparía Darío I. Durante este espacio de desgobierno, los libios se alzaron en armas en la parte occidental del territorio fronterizo con Egipto, el sátrapa persa, Ariandes procuró sofocar la rebelión, pero no pudo, siendo condenado a muerte por el nuevo monarca, Darío I, por su fracaso. En su lugar se instauró a Udjahorresnet, que se mostraba como un hombre de confianza para la realeza persa.
Las últimas acciones de este funcionario fueron el restablecimiento de las leyes vigentes antes de la coronación de Amosis II. Así fue que instauró la Escuela de Sais, reuniendo en ella a los antiguos hombres de leyes faraónicas, con la intención de contentara la sociedad egipcia, lo cual, según sus palabras, consiguió.
Desconocemos la fecha exacta de su muerte, pero en el año 4 del reinado de Darío I, sobre el 519 ane., éste monarca habría de visitar Egipto por primera vez y el lugar de director de la Escuela de Sais estaba ocupado por un tal Amasis.