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Foto del escritorAcademia ADEAH

Imhotep, un genio que vivió 4.100 años antes de Leonardo Da Vinci.

Arquitecto, médico, sumo sacerdote de Heliópolis, tesorero del rey del Bajo Egipto y más tarde también del Alto Egipto, escultor, administrador del Gran Palacio, escritor y astrónomo. Si a ello le sumamos los caracteres de hacedor de vasijas de piedra y Señor hereditario, tenemos en un único personaje las tareas y atribuciones de media docena de personas de alto rango en el Antiguo Egipto.


De origen humilde, ascendió de escala social hasta ser uno de los hombres de confianza del faraón Djoser, lo que lo sitúa en la III Dinastía, entre el 2690 y el 2610 a.n.e.

Imhotep planificó y construyó la primera pirámide, la escalonada en Sakkara, lo cual no era más que la superposición de sucesivas mastabas (tumbas de forma rectangular con las paredes inclinadas y base superior plana, en las que se enterraron los primeros faraones), estas de base cuadrangular, una encima de la otra, configurando la forma de piramidal. Pero además de ello llevó a cabo la construcción de todo un recinto sagrado alrededor que sería ejemplo para las sucesivas generaciones de reyes.

Como médico fue venerado a lo largo de la historia, siendo identificado con el Asclepios griego. Durante el Reino nuevo se le reconoció como patrono de los escribas, llegando a ser divinizado en época Saíta (664 – 525 a.n.e.).

Tuvo centros de culto en ciudades y templos como Menfis, Filé, Heliópolis, Alejandría, Tebas o Karnak, entre muchos otros.

Imhotep fue un genio, un ser superior, alguien especial al que llegaron a identificarlo como el enlace entre los humanos y los Dioses, hay quien cree incluso, que era uno de ellos…pero eso ya es otra historia.

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